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domingo, 23 de octubre de 2011

VIOLACIÓN

No podía moverme, impasible antes los jadeos del que era, por papeles, mi marido, del que iba con droga hasta el culo, del que no culpaba por tenerme atada a la cama, con la ropa rota, con un moratón recien salido en el ojo, no lloraba, ni por dolor, ni por asco, ni por miedo, sólo pensaba en mi hija, llorando en la habitación de al lado, por eso no emitía ningún ruido, no quería despertar su inocencia de un plumazo, no quería que imaginase un padre tan hijo de puta, proque aunque ahora no fuese él, la primera vez que eligió la droga, si que fué decisión suya y de nadie más...
  Cuando terminó, desató mis muñecas, me mordió el labio que sangraba a borbotones y me dijo, sólo serás mía, salió de la casa y yo cogí a mi bomboncito, lo acucurré conmigo, la apreté fuerte contra mí y le prometí que esto no volvería a pasar, NUNCA MÁS UN HOMBRE ME HARÍA SENTIR UNA MIERDA.

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